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La agenda de las ciudades de 15 minutos imponen cuarentenas climáticas y confinan a los ciudadanos en sus vecindarios.
Conclusión
El proyecto de ciudades de 15 minutos pretende limitar el calentamiento global y no imponer cuarentenas climáticas ni restringir el movimiento de las personas, sino de los vehículos.
EFE Madrid |
Las ciudades de 15 minutos, diseñadas para que un residente pueda acceder cerca de su casa a los servicios y actividades necesarias para su bienestar, no imponen cuarentenas climáticas ni restringen la movilidad de las personas, como asegura falsamente un vídeo viral, sino que limitan el tráfico en determinadas zonas para combatir la emergencia ambiental y, de esta forma, ampliar los espacios urbanos para el peatón y el ciclista.
Numerosos usuarios de Facebook y Twitter han compartido un vídeo en el que el reportero australiano Rowan Dean asegura que se están preparando cuarentenas climáticas para 2024 en lugares como el condado de Oxfordshire (Gran Bretaña) mediante la «Agenda de la Ciudad de 15 minutos», lo que considera una «tiranía renovable climática» diseñada para «mantener a las personas encerradas y negarles la libertad de movimiento».
«Es un plan de la ONU y el Foro Económico Mundial. Serás rastreado y atrapado en tu barrio. Los residentes estarán confinados en su vecindario local y tendrán que pedir permiso para abandonar todo para ‘salvar el planeta’. Es el esquema de crédito social que comienza con su automóvil», sostiene una internauta, que expresa de esa forma sus reticencias a la Agenda 2030 (Objetivos de Desarrollo Sostenible).
Vivir sin coches
Las ciudades de 15 minutos no encierran a sus ciudadanos en sus vecindarios ni impiden su movilidad, sino que facilitan a las personas el acceso a los servicios básicos cerca de sus casas, limitan el tráfico de vehículos, como está implementando el condado de Oxfordshire (Gran Bretaña), y recuperan los espacios urbanos para peatones y ciclistas en aras también de la sostenibilidad.
Esta teoría urbana, impulsada por el profesor de la Universidad de la Sorbona Carlos Moreno y premiada con un Obel en 2021, ha sido adaptada en ciudades como Barcelona, Bogotá, Buenos Aires, Melbourne, Milán, París y Portland, donde la gestión del tráfico, como fuente de contaminación atmosférica urbana, rompe con el «paradigma del automóvil» y prioriza la movilidad de las personas a pie, en bicicleta o en transporte público.
Una forma de limitar el uso del vehículo son los filtros de tráfico, como propone el condado de Oxfordshire, por los que se prohíbe la circulación de vehículos privados en seis áreas de la ciudad en determinadas franjas horarias, según el Ayuntamiento de Oxford, para «permitir que los autobuses y taxis fluyan más libremente y reducir la cantidad de automóviles en las carreteras».
Otras estrategias de transporte son la reconocida ciudad de 15 minutos de París, que exige principalmente repensar la utilización de equipamientos existentes; las «supermanzanas» de Barcelona, que agrupan conjuntos de nueve manzanas libres de coches particulares -excepto residentes-; o los barrios vitales de Bogotá, que también restringen el tráfico para ceder el protagonismo a las personas.
Cero emisiones en 2030
Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, las emisiones de gases de efecto invernadero deben alcanzar su punto máximo antes de 2025 y disminuir un 43 % para 2030 para limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
Con este objetivo, la misión de la red C40, que reúne a los alcaldes de ciudades líderes comprometidas en la lucha contra el cambio climático, es reducir a la mitad las emisiones de las urbes en una década.
De hecho, su objetivo es que en 36 ciudades haya un área de cero emisiones dentro de siete años, y para ello reducir el tráfico es uno de sus retos más urgentes.
Entre otras acciones contemplan convertir el transporte público, caminar y andar en bicicleta en la opción preferida para desplazarse, restringir los vehículos altamente contaminantes en una parte significativa de una ciudad, como acaba de hacer Madrid desde el pasado 1 de enero, y promocionar alternativas de cero emisiones ante el fin de los coches y camiones de gasolina y diésel.
El transporte representa el 27% de las emisiones globales y es la principal fuente de contaminación del aire a nivel mundial. Nueve de cada diez personas viven con niveles nocivos de contaminación del aire, según la Organización Mundial de la Salud.
En conclusión, las ciudades de 15 minutos no imponen cuarentenas climáticas ni encierran a los ciudadanos en sus vecindarios, sino que restringen el tráfico de vehículos con el objetivo de recuperar espacios urbanos para las personas y limitar el calentamiento global.
Fuentes:
Página oficial del profesor de la Universidad de la Sorbona Carlos Moreno.
Filtros del tráfico del Condado de Oxfordshire.
Información sobre las Ciudades de 15 minutos en la web de la Red C-40 de alcaldes.
Revista «Barcelona Metrópolis» del Ayuntamiento de Barcelona: «Vivir en proximidad, la ciudad de los 15 minutos».
Publicación en la revista OxfordshireLive: «Seis nuevos filtros de tráfico de Oxford harían que los automóviles privados fueran prohibidos en las carreteras».
Publicación «Los ministros de la COP27 piden una acción climática más ambiciosa» de Naciones Unidas.
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