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| - ¿Qué verificamos?
Piratas informáticos roban datos de las farmacéuticas Pfizer y Moderna que revelan la alta mortalidad y los graves efectos secundarios de sus vacunas contra la covid-19.
Conclusión
Los contenidos tergiversan información del sistema de farmacovigilancia estadounidense que siempre ha sido pública y que no prueba la relación entre las inyecciones y posibles efectos adversos.
EFE Madrid |
Es falso que haya habido una masiva filtración de datos de las farmacéuticas Pfizer y Moderna por la que se ha revelado presuntamente un alto número de muertes y graves efectos secundarios de cada lote de vacunas contra la covid-19 de esas compañías, como afirman mensajes engañosos en redes sociales que tergiversan datos del sistema de farmacovigilancia estadounidense que, en ningún caso, confirman efectos adversos de estos fármacos.
EFE Verifica ha recibido una consulta en su servicio de WhatsApp sobre un mensaje que afirma que “piratas informáticos” han desvelado, gracias a un jaqueo de los sistemas informáticos de Pfizer y Moderna, los “datos de muerte” y los graves efectos secundarios que han provocado cada una de las vacunas contra la covid-19 de esas compañías.
Este contenido, que se ha difundido ampliamente en otras redes sociales, dirige a una página web, donde se recoge toda la data aparentemente filtrada, que invita a los internautas a introducir el número de lote con el que se vacunó para comprobar las reacciones asociadas al mismo.
“Actualmente nadie sabe la razón por la cual algunos lotes están asociados con muertes excesivas, discapacidades y efectos adversos reacciones. Hasta que lo sepamos, es mejor ser cauteloso”, aseguran los citados mensajes.
Datos tergiversados
No es cierto que haya habido una masiva filtración de datos de farmacéuticas que confirmen graves efectos secundarios de las vacunas anticovid, una afirmación de la que no existe prueba alguna y que tergiversa información del sistema de farmacovigilancia estadounidense que siempre ha sido pública.
La página que adjuntan los mensajes engañosos señala que los datos que recopila proceden del Sistema para Notificar Reacciones Adversas a las Vacunas (VAERS, por sus siglas en inglés) del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos.
Esta información es de acceso público y, en ningún caso, los efectos que se describen (ya sea de alguna de las vacunas contra la covid-19 o contra otra enfermedad) pueden atribuirse a los fármacos analizados.
Así, en la propia web del VAERS, se avisa de que los informes alojados en este sistema «no pueden usarse para determinar si una vacuna causó o contribuyó a un evento adverso o enfermedad», ya que estos reportes «pueden contener información incompleta, inexacta, coincidente o no verificable».
Es decir, son problemas de salud registrados en personas vacunadas, pero cuya causa no se ha determinado y puede ser distinta de las inyecciones.
Cualquier individuo o personal sanitario puede enviar un informe al VAERS, para lo que es necesario describir los posibles efectos secundarios y aportar información del tipo de vacuna administrada, así como del número de lote.
Sin embargo, EFE Verifica ha comprobado que el portal que citan las publicaciones falsas difunde cifras más altas de posibles muertes y efectos secundarios que la información oficial de VAERS.
Confunde sistemas de farmacovigilancia
Asimismo, en varios artículos de la página se señala que la Unión Europea ha tratado de ocultar y eliminar esta información, pese a que el bloque comunitario no tiene ningún tipo de competencia sobre VAERS, que depende de las autoridades estadounidenses.
La Agencia Europea del Medicamento (EMA) cuenta con un sistema similar de farmacovigilancia, EudraVigilance, en el que los ciudadanos y autoridades de países miembros pueden enviar reportes sobre posibles efectos secundarios de cualquier fármaco.
Al igual que VAERS, EudraVigilance precisa en sus instrucciones para interpretar sus informes que la comunicación de un efecto secundario de un fármaco no presupone que la causa sea dicho producto y que esa consecuencia puede deberse a la enfermedad que ha motivado la administración de ese medicamento.
Tampoco los datos que recoge este sistema de farmacovigilancia coinciden con los publicados por la página engañosa ya mencionada.
Las vacunas son seguras
Organismos oficiales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) o el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) indican que las distintas vacunas fueron autorizadas una vez se determinó que cumplían con los criterios de calidad, seguridad y eficacia.
En este sentido, la EMA recuerda que los preparados se «probaron en decenas de miles de participantes en ensayos clínicos» para confirmar que cumplían con estos requisitos. Este organismo y los países de la Unión Europea se encargan de «monitorizar constantemente» la seguridad de las vacunas anticovid aprobadas por el bloque comunitario con el objetivo de «garantizar que cualquier posible riesgo se detecte y gestione lo antes posible».
«La gran mayoría de los efectos secundarios conocidos son leves y de corta duración. Pueden producirse efectos secundarios graves, pero son muy poco frecuentes. En muy pocos de estos raros casos se han notificado desenlaces mortales», agrega la EMA en el apartado de su web sobre la seguridad de la vacuna.
En la misma línea, la OMS recalca que el resto de autoridades nacionales y la propia organización «se mantienen en vigilancia para registrar y determinar la gravedad de todas las presuntas reacciones adversas». Así, realizan «periódicamente evaluaciones y estudios clínicos con el fin de obtener información actualizada sobre la seguridad y la eficacia». Asimismo, diversos estudios realizados desde que comenzó la vacunación acreditan la seguridad de estos fármacos (1, 2, 3).
En definitiva, es falso que «piratas informáticos» hayan robado datos de farmacéuticas que probarían el número de muertes y graves efectos secundarios de cada lote de vacunas contra la covid-19. Los contenidos tergiversan información del sistema de farmacovigilancia estadounidense que siempre ha sido pública y que en ningún caso prueba la relación entre las inyecciones y los efectos que se describen.
Fuentes:
Departamento de comunicación del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos.
Web de EudraVigilance.
Información del Gobierno de EE. UU. sobre VAERS.
Organización Mundial de la Salud (OMS).
Agencia Europea del Medicamento.
Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).
Informe «Seguridad de las vacunas contra la covid-19», de la EMA.
Informe «Fabricación, seguridad y control de calidad de las vacunas», de la OMS.
«Seguridad y eficacia de la vacuna contra la COVID-19 BNT162b2 de ARNm durante 6 meses«, por The New England Journal of Medicine.
«Seguridad de las vacunas contra la covid-19», en la biblioteca electrónica Scielo.
«Eficacia y Eventos Adversos de Vacunas contra el SARS CoV-2, autorizadas en los años 2020 y 2021», en la revista virtual Acc Cietna.
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